
Ennio Morricone – Chi Mai
Yo fui la transilvana,
la devota de su yugular
y mi boca se adhirió a su arteria
noche tras noche en salvaje fruición.
Lo demás
es la historia de una nota muy breve:
sigo amando a mi esposa
perdóname encanto
adiós hasta siempre.
Y la estaca hundida en el pecho
y el hedor a murciélago muerto.
Tina Suárez Rojas.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Vamos comenta, deja tu impresión, para nosotros es importante conocer lo que opinas del post que acabas de leer, si tienes alguna sugerencia o petición con gusto la tomaremos en cuenta.