El Código Hays

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La señal de la Cruz (1932)

En la imagen superior se muestra una sorprendente escena de La señal de la Cruz (1932), de la Universal, en la que una mártir cristiana desnuda permanece atada a una columna, asediada por un amenazante gorila. Cecil B. DeMille quiso reflejar en esta película la relajación de las “buenas costumbres” que se vivió en la antigua Roma y mostró, en explícitas escenas, temas como la homosexualidad, las orgías, desnudos y el asesinato. Uno de los momentos más eróticos de la película lo protagoniza la actriz Claudette Colbert, que se bañaba desnuda en una piscina llena de leche.

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Pero las imágenes provocativas tenían los días contados en el cine norteamericano porque pronto comenzaría a aplicarse con rigidez el llamado Código Hays, basado en una rígida moral católica (participó activamente en su redacción el sacerdote jesuita Daniel Lord) que impedía cualquier escena que atentase contra las buenas maneras, la decencia, la religión y la patria. Sin embargo, algunas películas consiguieron escapar de esta censura y mostraron una sociedad más libre y desinhibida.

Para combatir la inmoralidad del cine de Hollywood, en 1922 se creó la Motion Pictures Producers and Distributors Association. Esta asociación estuvo encabezada por Will H. Hays, un influyente abogado republicano.En 1927 Hays compiló una lista de temas que, a su juicio, los estudios de Hollywood debían evitar. En 1930, Hays creó el Studio Relations Committee (SRC) para aplicar sus normas de censura, pero el SRC carecía de verdadera capacidad para que dichos preceptos se cumpliesen. De modo que, de hecho, las películas seguían sin ajustarse a las directrices de Hays.

Posteriormente, se contrató a un jesuita y Profesor de la Catholic St. Louis University, el padre Daniel Lord, para que, basándose en la moralidad católica, se completasen las pautas establecidas por Hays. Este sacerdote, junto a Martin Quigley, un respetado laico católico, que desde tiempo atrás luchaba por conseguir la decencia en las películas, fueron los principales artífices del Código de censura cinematográfica.

El 31 de marzo de 1930, el consejo de la Motion Pictures Producers and Distributors Association aprobó el Código, que pasó a ser conocido como el Código Hays.

Algunos de los principios básicos de este Código eran los siguientes:

  • Los desnudos y los bailes provocativos estaban prohibidos. Los bailes no podían sugerir comportamientos sexuales o indecentes pasiones.
  • No podía ridiculizarse la religión o a los ministros de la religión. Éstos no podían ser villanos en las películas.
  • Estaba prohibido emplear blasfemias. No podían utilizarse las palabras Dios, Señor, Jesús, Cristo (a menos que se empleasen reverentemente), infierno, maldito o cualquier otra expresión profana o vulgar.
  • Se prohibía cualquier referencia a “perversiones sexuales”, como la homosexualidad, o a las enfermedades venéreas, así como representaciones del parto.
  • Las escenas de asesinatos debían filmarse de modo que se desalentase al espectador, para evitar las imitaciones en la vida real.
  • Debía reconocerse la santidad del matrimonio y del hogar. Las relaciones sexuales sólo estaban permitidas dentro del matrimonio. Aunque el adulterio o el sexo ilícito pudieran plantearse en la trama, nunca debían mostrarse como una opción atractiva, ni de forma demasiado explícita.
  • Se prohibía mostrar relaciones sexuales entre blancos y negros (en el terreno práctico, incluso se censuraba la existencia de cierta camaradería o amistad).
  • Se prohibían las escenas de pasión, a no ser que fuesen inevitables en la trama. En este caso, no debían existir excesos. Se prohibían los besos y los abrazos lujuriosos, posturas sugerentes y todas las escenas que pudieran resultar demasiado excitantes.
  • Se prohibía la obscenidad en las palabras, en los gestos, en canciones, bromas (incluso aunque sólo pudieran ser entendidas por parte de la audiencia).
Sin embargo, el Código no se acató de inmediato. No existía un órgano eficaz que se encargase de su cumplimiento, de modo que los estudios cinematográficos siguieron actuando con libertad. La depresión económica y el cambio de costumbres sociales impidieron también que la estricta moralidad católica tuviese su reflejo en el cine. Los estudios simplemente no podía resistirse a la tentación de producir películas desinhibidas que pudiesen atraer a los espectadores a las salas de cine vacías. Esta época se conoció en EEUU como “la era del pre-Código”.

En esta etapa, se hicieron películas que después se consideraría escandalosas. Por ejemplo, la película de la Warner Brothers, Baby Face (protagonizada por Barbara Stanwyck) y la de la Paramount Pictures, No soy un ángel (protagonizada y escrita por Mae West).

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No soy un ángel (1933)

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Baby Face (1933)

En Baby Face, la protagonista, una mujer prostituida por su padre, prospera en la vida usando su sexualidad. Además, mantiene una relación de estrecha amistad con una afroamericana.

La segunda película tiene como protagonista a Mae West, que interpreta a una mujer con un pasado escandaloso que, sin embargo, consigue lo que se propone y logra un marido rico y guapo. No obstante, en esta película, la censura de Hays logró algunos cambios. Por ejemplo, el título de una canción: “No lo hace igual que un hombre de Dallas” fue cambiado por “Nadie me ama igual que un hombre de Dallas”, mucho más conservador. Pero se mantuvo, sin embargo, la célebre frase de Mae West:

Cuando soy buena, soy buena; cuando soy mala, soy mucho mejor

Otra interesante película de la época del pre-Código fue Red Dust (1932). Esta película causó un gran revuelo en EEUU por el acalorado triángulo amoroso que se establecía entre una adúltera mojigata, interpretada por Mary Astor, Clark Gable y Jean Harlow, una simpática y seductora prostituta. Una de las escenas de mayor carga erótica fue el desnudo de Jean Harlow, que se bañaba dentro de un barril. Tiempo después, se realizaría un remake de esta película: Mogambo (1953), dirigida por John Ford, con Ava Gardner, Grace Kelly y, una vez más, Clark Gable.

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Red Dust (1932)

Pero los censores ayudados por la Iglesia Católica y algunos financieros de Wall Street ejercieron una fuerte presión en los estudios de Hollywood. Se creó la Legión Católica de Decencia (fundada en 1934 por un consejo de obispos católicos de América) y pronto aparecieron listas negras de películas en todo el país. Una enmienda al Código, aprobada el 13 de junio de 1934, exigió que todas las películas realizadas a partir del 1 de julio de 1934 obtuviesen un certificado de aprobación antes de poder ser estrenadas.

Los treinta años posteriores a esa fecha, prácticamente todas las películas producidas en los Estados Unidos tuvieron que adherirse a las pautas establecidas en este código.

El primer gran ejemplo de censura realizada según las disposiciones del Código lo encontramos en la película Tarzán y su compañera (1934). Tuvieron que eliminarse las bellas escenas de desnudos que protagonizaba la doble de la actriz Maureen O’Sullivan (la nadadora olímpica Josephine McKim). Sin embargo, afortunadamente, se editaron fuera de la película y, actualmente, han vuelto a introducirse dentro de la película (a este tema ya dedicamos un post anterior: El desnudo censurado de Jane).

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La censura permitió, sin embargo, la atrevida la ropa que llevó Maureen O’Sullivan en esta película. El escándalo que provocó su atuendo hizo que en las siguientes películas, Jane apareciese más “tapada”.

Inexplicablemente, algunas películas pudieron estrenarse a pesar de contravenir de forma rotunda lo dispuesto en el Código. Por ejemplo, Child Bride (1938), que incluyó una inconcebible escena de la actriz Shirley Mills desnuda, a pesar de que sólo era una niña de 12 años de edad.

Fuente y agradecimientos:  http://www.ovejaselectricas.es/?p=1183

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