Manfred Albrecht Freiherr von Richthofen, militar y aviador alemán, más conocido como el «Barón Rojo», fué un piloto alemán que consiguió derribar ochenta aeroplanos enemigos durante la Primera Guerra Mundial.
Héroe de los alemanes y respetado por sus enemigos durante la Primera Guerra Mundial, permitía incluso escapar a sus víctimas malheridas. Su unidad fué responsable del derribo de 88 aviones británicos, del total de 151 que abatió la aviación alemana. A causa de ello recibió la Medalla al Mérito Militar.
Durante la Primera Guerra Mundial, von Richthofen pasó de la caballería (donde ganó la condecoración de la Cruz de Hierro) a la infantería, pero en esta modalidad no prosperó durante la guerra, ya que las condiciones que se vivían en las trincheras eran inhumanas y "muy aburridas", según sus palabras. Finalmente encontró su lugar bajo el sol alistándose en la aviación, donde demostró una gran capacidad con esta arma completamente innovadora para lo que hasta entonces había sido la guerra (además la producción de aviones se incrementó desde los 300 que tenían todos los contrincantes al principio de la contienda hasta los 150.000 al final).
Aunque no logró destacar en la academia de aviadores, luego, en combate demostró ser capaz. Al principio sólo se dedicó a ojear y fotografiar en el frente oriental, pero él lo que quería eran aventuras. En la Luftstreitkräfte, su encuentro con otro gran aviador, Oswald Boelcke, fue decisivo para su éxito. Boelcke lo seleccionó para el grupo de combate Jagdsstaffel o JASTA 2. Ya su primer combate fue una victoria. Sucedió sobre el cielo de Cambrai, Francia el 17 de septiembre de 1916. Durante estos primeros meses se destacó por su agudeza visual y su innato don para afrontar el peligro. Sus compañeros decían que se transformaba su personalidad cuando cogía los mandos de su avión.
Su avión, un caza triplano Fokker, le permitía una amplia capacidad de maniobras y piruetas.
Durante los siguientes 20 meses se destacaría como el mejor as de la aviación alemana durante toda la Primera Guerra Mundial. Llegaría a superar el número de victorias de Boelcke, que estaba en 40, récord hasta entonces. En su victoria 11 consiguió derribar el biplano del as británico Lanoe Hawker. En enero de 1917 recibió la Cruz Pour le Mérite.
El 6 de julio de 1917 recibió una bala perdida en el cráneo, que le provocó una terrible herida lesionándole el cerebro, pero él siguió volando pese a estar claramente incapacitado para soportar alturas. Incluso se comportaba como si fuera inmune a la muerte, no tomando ninguna precaución, violando las fundamentales reglas de vuelo que había escrito en su manual. Llevó vendada la cabeza durante mucho tiempo. Poco después recibió con alegría un Fokker Dr I, un triplano que también pintó de rojo y tenía gran agilidad, pero si se mantenía en rumbo fijo muchos minutos, se convertía en presa fácil.
Se ganó el apodo de Barón Rojo porque sus aviones estaban pintados de rojo. Llegó a dirigir 58 misiones con total éxito, en las cuales derribó a unos 80 aviones, algo que nadie llegó a superar en ningún bando durante el resto de la guerra. En abril sumó en solitario 20 derribos. Sus hombres insinuaban que su líder tenía un comportamiento suicida.
Según las fuentes oficiales, fué el capitán canadiense Roy Brown el que consiguió matar al piloto alemán, aunque nuevas investigaciones apuntan a que fué el soldado de infantería australiano William John "Snowy" Evans el que disparó desde tierra la bala del .303 que acabó con su vida.
La bala entró por el lado derecho del pecho y le causó heridas en los pulmones, el hígado, el corazón, la arteria aorta y la vena cava antes de salir, y según la opinión de los forenses, apenas contó con un minuto antes de perder la consciencia y un par de ellos en morir.
Fué enterrado con todos los honores militares por los mismos británicos, quienes salieron a rendirle tributo. Su ataúd cubierto de flores como ofrenda, fué llevado a hombros por seis miembros del escuadrón 209.
En el momento del entierro, soldados australianos presentaron armas y lanzaron tres salvas en su honor. En su lápida, que se encuentra en el mismo lugar donde cayó, se puede leer en su epitafio:”Aquí yace un valiente, un noble adversario y un verdadero hombre de honor. Que descanse en paz”.
Era costumbre entre los pilotos tener una mascota. En el caso del Barón Rojo, su acompañante era un perro dogo alemán arlequín (Gran danés), llamado Moritz, si bien gran número de esas mascotas morían al seguir ciegamente a sus amos. Moritz tuvo suerte y escapó sólo con una oreja cercenada.
Como todos los pilotos de caza, el Barón Rojo también tenia su manera particular de celebrar cada victoria. En su caso, encargaba a un joyero de Berlín copas de plata de cinco centímetros de altura.
La primera llevaba grabada la inscripción "1 Vickerse 2 17.9.16". El primer número indicaba el orden del derribo, la palabra el tipo de aeroplano, el siguiente número los tripulantes, y finalmente la fecha de la victoria. Con el tiempo, y visto que la colección de victorias aumentaba significativamente, pasó a encargar una copa el doble de grande cada decena. La serie de trofeos se interrumpió después de la victoria número 60, cuando el joyero le comunicó que no había más plata disponible y que sólo podría fabricar copas con un material de peor calidad.
Se decía, en esos tiempos, por superstición, que los pilotos que se fotografiaban antes de un vuelo sufrirían de una terrible mala suerte. La última fotografía hecha al Barón Rojo fue hecha, justamente, sólo segundos antes de que volara por última vez mientras jugaba con un perro.
Después de su derribo, el 6 de julio de 1917, su carácter pareció cambiar a peor. Se mostraba a menudo sombrío, y comentó en muchas ocasiones que "sabía" que no iba a ver el final del conflicto.
Sus primeros dos derribos fueron desde el segundo asiento de un avión de reconocimiento con una ametralladora trasera.
El Barón Rojo dejó un libro escrito durante su convalecencia en 1917 por el disparo en la cabeza. Lo tituló “El Piloto Rojo”, donde comentaba que combatía en la aviación buscando una consecuencia para su vida.
Fuente y agradecimientos: http://historiasdelahistoria.mypodcast.com/2008/09/Barn_Rojo-139077.html
Iniciamos la búsqueda del Barón Rojo, por snoopy(el as del aire), y nos damos cuenta, que fue un hombre valiente, de honor y un precursor en el uso de los aviones de guerra que son hermosos.