El hombre elefante

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"El hombre elefante”, dirigida por David Linch en 1980 (ocho nominaciones a los Oscar), es mas que una película. Es la historia real de Joseph Merrick, posiblemente uno de los seres humanos más desafortunados de la historia.



Joseph nació en Leicester, y en su primera infancia fue un niño normal;

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"No se notaba cuando nací, pero comenzó a desarrollarse a la edad de 5 años. Fui a la escuela como cualquier niño hasta que tuve 11 ó 12 años, cuando me ocurrió el más grande infortunio de mi vida".

El infortunio al que se refiere Merrick, es la muerte por bronconeumonía de su querida madre, hecho que dio un giro radical a su vida. Para entonces su cuerpo ya había comenzado a deformarse a pasos agigantados.

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Su vida se convirtió en un conjunto de maltratos y vejaciones por parte de la segunda esposa de su padre, que sumados al rechazo social que empezaba a padecer por culpa de su aspecto, hizo que se escapara de casa en varias ocasiones.

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Es así como acabó exhibiéndose a si mismo en una feria de atrocidades exponiendo sobre el escenario toda su espantosa apariencia, y allí donde lo encontró el cirujano Frederick Treves, que decidió estudiar su caso además de ofrecerle cariño y protección.

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Empezó la etapa más dulce en la vida de Merrick, que ciertamente cambió bajo los atentos cuidados de Treves: bien alimentado y atendido, comenzó a hacer vida social y su voz cultivada y sus buenas maneras cautivaron a todos los que lo conocieron.

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"Una cosa que siempre me entristeció de Merrick
era el hecho de que no podía sonreír.
Fuera cual fuese su alegría, su rostro permanecía impasible.
Podía llorar, pero no podía sonreír." Sir Frederick Treves

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Su sensibilidad y habilidad también eran enormes, y armado de paciencia y con su única mano útil construyó en cartón, una maravillosa maqueta de la iglesia que veía desde su habitación de hospital. La bella pieza se encuentra hoy en el mismo museo del hospital donde se exhibe su esqueleto.

Las actividades más simples de la vida eran complicadísimas para el Hombre Elefante. Por ejemplo, echarse para dormir. Merrick no podía permanecer acostado, porque la deformidad de su cráneo hacía que éste se apoyara sobre el pecho y la espalda y su peso comprimía severamente la tráquea. Si se tendía para dormir como una persona normal, Joseph se ahogaba. Debía por lo tanto dormir sentado o agachado, con las manos juntas sobre las piernas y la cabeza apoyada en las rodillas.

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Finalmente su enorme y pesada cabeza venció por fin la resistencia de su cuello y cayó hacia atrás, fracturándoselo.

Así murió el infortunado Joseph Carey Merrick, como consecuencia de un dislocamiento cervical y asfixia provocada por el peso de su cráneo sobre la tráquea, después de haber vivido una vida de pesadilla que ni en nuestros más oscuros sueños seremos capaces de imaginar. Tenía sólo 27 años.

El investigador británico Pete Marsden, autor de uno de los mejores y más documentados sitios Web acerca de Merrick, intentó reconstruir su verdadero rostro utilizando el conocido sistema gráfico Photoshop. Dice Marsden:

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"Observando la fotografía de Merrick de 1884, comencé a manipular la imagen para revelar lo que estaba escondido. El resultado es una fotografía de Joseph como debió haber sido. Descubrí que en el momento en que se tomó la fotografía Joseph había estado sonriendo de una manera cálida y afable... una amable sonrisa totalmente oculta por la deformidad".

Ojalá Joseph, hubiera visto su cara real, o mejor aún que supiera que la humanidad, pudo verle sonreír.

“Es cierto que mi forma es muy extraña,
pero culparme por ello es culpar a Dios;
si yo pudiese crearme a mí mismo de nuevo
me haría de modo que te gustase a ti.
Si yo fuera tan alto
que pudiese alcanzar el polo
o abarcar el océano con mis brazos,
pediría que se me midiese por mi alma,
porque la verdadera medida del hombre es su mente”

(poema de Joseph Merrick)

2 comentarios:

  1. Anónimo dijo...:

    Los que juzgamos llevamos verdaderamente un mounstruo dentro del corazón y eso es peor...

  1. Vety Zoo dijo...:

    lo que me hace notar casos como estos es la monstruosidad de la q es capaz el ser humano cosa q por cierto no tiene. nada q ver con su aspecto...

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