Que tristes son las calles de la vida

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Pastoral - Humanos




De repente me encuentro siguiendo una línea negra y mis pies se limitan a seguir esa línea ¿Qué encuentras por la calles? ¿Pasos? ¿De quién? Y podrían seguir saliendo más preguntas, las confronto con la vida y me da un resultado. La melancolía, uno, dos, tres, y me acuerdo de aquel tipo abandonado en las calles que no tiene nada que comer, de aquel niño que extiende su mano y que es respondido por la mirada de la indiferencia en un mundo que no fue creado para él, el mundo que él no decidió tener. Me veo las manos y me pregunto ¿Qué hemos hecho? Mi respuesta es, lo que vemos todos los días en el ir y venir por las calles de la vida, ¿que le hicimos a la tierra, nuestra casa? Mi respuesta es, lo que ven tus ojos cuando caminas por tu vida.

Queremos arreglar algo que destruimos cada día. Queremos vivir, cuando la muerte se nos acerca. Queremos remediar lo que no tiene remedio. Queremos avanzar cuando el canino ya no tiene salida. Queremos ser grandes, cuando la estatura no es lo importante. Queremos ver, cuando los ojos ya no sirven de nada. Queremos amar en medio del odio creado por nosotros mismos. Queremos y no podemos. Queremos y no lo intentamos.

La vida es el regalo de un ser llamado vida, al que conocemos con el nombre de dios. Depende de cada uno en lo que crea, pero creemos en lo que vemos y lo que vemos es todo aquello desde que nos levantamos de la cama, me doy la vuelta y respiro. El sonido de la felicidad se hace cada vez mas lejano para los nuevos que llegan de viaje a este mundo, aquel bebé en nuestros brazos, aquellas caricias que se parten en mil pedazos porque ya no tienen sentido darlas, aquella melodía que ya no tiene sonido, aquel atardecer que ya no tiene luz, aquella fantasía que ya no tiene imaginación, aquel verdadero amor que ya se perdió antes de que se perdiera, aquella vida extinta en el hospital de la de injusticia porque ya no hay camas para seguir viviendo.

Aquella anciana que se vuelve a darte una mirada, tal vez la ultima de ese día porque el resto no supo sonreír.

Aquella mujer que se convirtió en prostituta por la falta de apoyo de personas que pudieron ayudarla y no quisieron, esa misma prostituta que se entregó, sin voluntad a renunciar para poder llevar la comida a sus hijos.

Aquel drogadicto que no quería ser lo que es y que ahora esta atrapado en las calles porque no tiene padre ni madre, ese mismo drogadicto anhela salir de aquel hueco porque está encontrando un sentido a su vida. Pero no puede salir porque no tiene el apoyo de personas que podrían ayudarlo, pero no quieren.

Aquel ladrón al que sentenciaron por cinco años por asaltar una panadería, y la justicia actuó sin pensar y sin escuchar, ya que un día antes dos tipos le robaron sus herramientas de trabajo y la mañana que lo detuvieron preso sus dos hijos no tenían que comer.

Aquel chofer de taxi que recorre las calles con la compañía de la llamada noche y que se estrelló con otro auto que venia a exceso de velocidad por un par de ebrios y finalmente murió dejando a su mujer y a sus tres hijos en la nube de la desesperación. Todo porque el tipo tenia alcohol en la venas.

Y así te podría seguir detallando. Nos llenamos el pecho de aire con decir que queremos cambiar. Que mentira absoluta, el ser humano no cree ni en su propia palabra. Así de real están las cosas, no esperemos ver un mundo de colores, cuando todo el mundo pinta de grises la vida.

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