La extrema brevedad: microrrelatos de una y dos líneas
La noción de brevedad ronda siempre las consideraciones sobre la minificción. Aunque la brevedad no sea, ni con mucho, el único rasgo que es necesario observar en estas brillantes construcciones verbales, resulta lógico que para el lector común, e inclusive en cierta medida para el escritor, resalte de manera especial. Fue, en efecto, la primera característica que llamó la atención de lectores y críticos de esta forma literaria: la que primero produjo desconcierto y, a partir de allí, admiración.
David Lagmanovich
A continuación unos microrrelatos.
In extremis
Logré besarla. Total, era el fin del mundo.
Ignacio Cañas Hernández
El artista
Lo sentimos, Adolf, pero no tienes bastante talento.
Alejandro Alcalde Vicente
El dinosaurio
Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.
Augusto Monterroso
La culta dama
Le pregunté a la culta dama si conocía el cuento de Augusto Monterroso titulado “El dinosaurio”.
—Ah, es una delicia —me respondió—, ya estoy leyéndolo.
Jose de la Colina
Motivo literario
Le escribió tantos versos, cuentos, canciones y hasta novelas que una noche, al buscar con ardor su cuerpo tibio, no encontró más que una hoja de papel entre las sábanas.
Monica Lavin
El emigrante
–¿Olvida usted algo?
–¡Ojalá!
Luis Felipe G. Lomelí
Después de la guerra
El último ser humano vivo lanzó la última paletada de tierra sobre el último muerto. En ese instante mismo supo que era inmortal, porque la muerte sólo existe en la mirada del otro.
Alejandro Jodorowski
Calidad y cantidad
No se enamoró de ella, sino de su sombra. La iba a visitar al alba, cuando su amada era más larga.
Alejandro Jodorowski
Misterios del tiempo
Cuando el viajero miró hacia atrás y vio que el camino estaba intacto, se dio cuenta de que sus huellas no lo seguían, sino que lo precedían.
Alejandro Jodorowski
Rosas
Soñabas con rosas envueltas en papel de seda para tus aniversarios de boda, pero él jamás te las dio. Ahora te las lleva todos los domingos al panteón.
Alejandra Basualto
El adivino
En Sumatra, alguien quiere doctorarse de adivino. El brujo examinador le pregunta si será reprobado o si pasará. El candidato responde que será reprobado…
Jorge Luis Borges
Tú y yo
Leímos todo cuanto había sido escrito sobre el amor. Pero cuando nos amamos descubrimos que nada había sido escrito sobre nuestro amor.
Marco Denevi
Don Juan y las mujeres
A ninguna le disgusta tener antecesoras a condición de no tener sucesoras.
Marco Denevi
Preocupación
—No se preocupe. Todo saldrá bien — dijo el Verdugo.
—Eso es lo que me preocupa — respondió el Condenado a muerte.
Orlando Enrique Van Bredam
Desinencia
Cuando estaba escribiendo el cuento más breve de su vida, la muerte escribió otro más breve todavía: ven.
Juanjo Ibañez
El suicida
A la altura del sexto piso se angustió: había dejado el gas abierto.
Jose Maria Peña Vazquez
El hombre invisible
Aquel hombre era invisible, pero nadie se percató de ello.
Gabriel Jimenez Eman
Justicia
Hoy los maté. Ya estaba harto de que me llamaran asesino.
Jaime Muñoz Vargas
Autobiografía
Fracasé. Soy, como todo el mundo sabe, un perfecto desconocido.
Jaime Muñoz Vargas
Carta del enamorado
Hay novelas que aun sin ser largas no logran comenzar de verdad hasta la página 50 o la 60. A algunas vidas les sucede lo mismo. Por eso no me he matado antes, señor juez.
Juan José Millás
Padre nuestro que estás en el cielo
Mientras el sargento interrogaba a su madre y su hermana, el capitán se llevó al niño, de una mano, a la otra pieza…
- ¿Dónde está tu padre? – preguntó
- Está en el cielo – susurró él.
- ¿Cómo? ¿Ha muerto? – preguntó asombrado el capitán.
- No – dijo el niño -. Todas las noches baja del cielo a comer con nosotros.
El capitán alzó la vista y descubrió la puertecilla que daba al entretecho.
José Leandro Urbina
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