La curiosa historia de Phineas Gage



Phineas P. Gage (1823 – 21 de mayo, 1860) fue un obrero de ferrocarriles, quien debido a un accidente, sufrió daños severos en el cerebro, específicamente en parte del lóbulo frontal. Gage sufrió cambios notorios en su personalidad y temperamento, lo que se consideró como evidencia de que los lóbulos frontales eran los encargados de procesos relacionados con las emociones, la personalidad y las funciones ejecutivas en general.

El accidente

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El 13 de septiembre de 1848 Phineas estaba trabajando a las afueras de Cavendish; Vermont en la construcción de una línea de ferrocarril. Su puesto era de capataz y en general era descrito como un hombre eficiente y capaz.

Una de sus funciones era colocar cargas explosivas en agujeros taladrados en la roca. Para ello llenaba el agujero de pólvora, colocaba un detonador, y finalmente lo tapaba con arena y aplastaba la arena con una pesada barra de metal. Ese día Phineas en un descuido olvidó echar la arena antes de presionar con la barra, por lo que al hacerlo hubo una chispa que hizo que explotase la pólvora. Esta explosión a su vez provocó que la barra de metal saliese disparada atravesando el cráneo de Gage y aterrizando a casi 30 metros de distancia.

La barra; que medía un metro de largo y más de 3 cm de diámetro y pesaba 6 kilos entró a su cráneo por la mejilla izquierda y salió por la parte superior tras atravesar el cortex cerebral anterior.

A primera vista: un milagro médico

Sorprendentemente Gage no solo no murió al instante, sino que se mantuvo consciente en todo momento. La crónica de la época relata incluso que habló a los pocos minutos. Después del accidente le llevaron en una carreta varios kilómetros hasta la consulta del doctor Harlow; uno de los médicos del pueblo, que sería quien nos dejaría constancia de su evolución.

Sobrevivir a una explosión, a una herida como esa, y a la rudimentaria medicina de la época y seguir siendo capaz de andar y hablar racionalmente es sorprendente; no menos sorprendente es que dos meses después el doctor Harlow consideraría que Gage estaba completamente recuperado, dándole el alta.

La realidad: Gage ya no era Gage

Podemos entresacar lo que ocurrió a partir del relato que el doctor Harlow preparó 20 años después. Como ya hemos dicho la recuperación física de Gage fue completa; sin embargo en palabras del propio Harlow "El equilibrio o balance entre su facultad intelectual y sus propensiones animales se había destruido".: Tras pasar la fase aguda Gage se volvió irregular, irreverente, blasfemo e impaciente. A veces era obstinado cuando le llevaban la contraria, pero por otro lado pese a que continuamente estaba pensando en planes futuros "los abandonaba mucho antes de prepararlos"; y era muy bueno a la hora de "encontrar siempre algo que no le convenía". Todo esto a pesar de que previamente al accidente era un hombre responsable. Su matrimonio terminó, ya que su esposa consideraba que él ya no era el mismo de antes y era mucho más agresivo.

Un triste final

Sabemos que desde su accidente Phineas perdió su trabajo y nunca más fue capaz de mantener uno por mucho tiempo, ya que los abandonaba o le echaban por sus continuas riñas con sus compañeros. Tras trabajar en varias granjas Gage fue exhibido en el circo, en el que enseñaba orgulloso su herida y la barra de hierro que la provocó. Terminó su vida viviendo en Valparaíso, Chile, donde trabajó en Ascensores del Cerro. Tras varios años de vida errante, Gage volvió a casa porque su salud se estaba deteriorando y murió probablemente con 38 años debido a crisis epilépticas (estatus epiléptico, epilepsia). Actualmente se conservan tanto el cráneo como la barra de hierro en el museo de la medicina de la universidad de Harvard.

Importancia del caso para las neurociencias

El caso de Gage está considerado como una de las primeras evidencias científicas que sugerían que la lesión de los lóbulos frontales podía alterar aspectos de la personalidad, la emoción y la interacción social. Antes de este caso (y bastante tiempo después) los lóbulos frontales se consideraban estructuras silentes (sin función), y sin relación alguna con el comportamiento humano.

El neurólogo Antonio Damasio ha estudiado en profundidad el caso de Phineas Gage así como otros casos similares. En la "teoría del marcador somático" sugiere que existe una relación entre los lóbulos frontales, la emoción y la toma de decisiones. Así mismo considera este caso como histórico por creer que fue el comienzo del estudio de la base biológica del comportamiento. También fue clave en la profundización en el conocimiento del caso de Phineas Hanna Damasio (mujer del anterior) y en concreto de la posible localización de sus lesiones; ya que utilizó los restos del cráneo y la barra para hacer una simulación por ordenador de la posible trayectoria de esta, concluyendo que la barra había afectado la zona medial de ambos lóbulos frontales.

Igualmente el caso de Gage también es un pilar básico en el concepto de "funciones ejecutivas". Las funciones ejecutivas son aquellas que nos permiten dirigir nuestra conducta hacia un fin e incluyen la capacidad para planificar, llevar a cabo y corregir nuestra conducta.


Y con ustedes... el misterioso Phineas Gage

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Encontrar la imagen de alguien al que hasta ahora no habíamos puesto rostro es siempre emocionante. Pero si se trata del rostro de Phineas Gage, el personaje que ha fascinado durante años a los neurocientíficos de todo el mundo, la dimensión del hallazgo va mucho más allá.

Una pareja de fotógrafos de Massachusetts ha descubierto en su casa un daguerrotipo con la única imagen conocida de este trabajador de ferrocarriles estadounidense cuyo cerebro fue atravesado de parte a parte por una barra de acero en 1848. Lo interesante del caso, y lo que le convirtió en parte de la historia médica, es que Phineas siguió viviendo con el lóbulo frontal hecho trizas y experimentó un fuerte cambio de personalidad. Por primera vez se tenían pruebas palpables de que un área determinada del cerebro controlaba determinados rasgos, como la amabilidad o la impaciencia.

Desde mediados del siglo XIX, el daguerrotipo ha pasado de mano en mano hasta llegar a Jack y Beverly Wilgus. Esta pareja lo ha tenido en su casa durante 30 años pensando que se trataba de un ballenero con un arpón en la mano. Por casualidad, un experto anónimo echó un vistazo a la foto y les aseguró que se trataba del célebre Phineas Gage y que lo que sujeta en la mano no es un arpón, sino la barra de acero que le atravesó la cabeza.

Intrigados, los Wilgus acudieron a Escuela Médica de Harvard, donde se conserva un molde de la cara de Gage y comprobaron que los rasgos coincidían punto por punto con los del hombre de la imagen. También comprobaron que la barra de acero que aparece en el daguerrotipo es idéntica a la que aún se conserva en el museo. El hallazgo es tan interesante para el mundo de la neurociencia que será publicado la próxima semana en The Journal of the History of the Neurosciences y ya circula se extiende como un reguero de pólvora por la red.

Fuente y agradecimientos:  http://es.wikipedia.org/wiki/Phineas_Gage

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