Howard Rusell

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El irlandés Wiliam Howard Rusell(1821-1907) fue el primer periodista al que se le aplicó el apelativo moderno de corresponsal de guerra. Pero no sólo es famoso por esto, que no es poco.

También es conocido por ser el mejor periodista de su época, haber sido el que acuñó la expresión de “la delgada línea roja” y sobre todo, porque Rusell, fiel defensor de la verdad, siempre levantaba ampollas entre los gobiernos con sus crónicas. Tanto es así que fue culpable de la caída del gobierno de su país, le tacharon de traidor, fue expulsado de varios países y recibió innumerables amenazas de muerte entre las que destaca las de la casa real inglesa o algunos generales norteamericanos.

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Caricatura de Howard Rusell. (1881)

La carrera profesional de Howard Rusell comenzó, paradójicamente, con una bochornosa metedura de pata. Con 24 años recibió su primer encargo importante por parte de The Times. Debía ir a Dublín a cubrir el juicio contra un importante nacionalista irlandés. El veredicto final fue el de culpable y como no se disponía de telégrafo comenzó una carrera contra reloj para todos los corresponsales que se encontraban cubriendo la noticia.

Había que llegar a Londres antes que nadie para ser el primero en poner la noticia en la calle. Rusell fue el primero en llegar y al entrar en el edificio de The Times, exhausto como estaba, a la primera persona que se encontró sólo fue capaz de decir una palabra : “Culpable”.

La pena es que esa persona era un reportero del Morning Herald (ignoro que hacía en la competencia) quien salió corriendo hacia su periódico que al final fue el primero en dar noticia. Este patinazo le costó a Rusell ser el hazmerreír del gremio durante una temporada.

Pero no tardó en demostrar de que pasta estaba hecho. Fue enviado a Crimea con las órdenes de que escribiera sobre las gloriosas y heroicas campañas del ejército Británico. Hasta aquella fecha las informaciones que llegaban del frente las enviaba siempre algún militar, esa era la primera vez que un civil escribía sobre ello y el público notó rápidamente la diferencia, sobre todo porque la campaña de Crimea no fue ni gloriosa ni heroica.

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Botas y guantes de Howard Rusell

Fue en esta campaña donde se usó por primera vez la expresión “La delgada línea roja” que actualmente alude a la delgada línea que separa la locura del heroísmo.

Ocurrió en el sitio de Sebastopol, donde una línea de 500 soldados escoceses (colocados de dos en fondo cuando lo normal era cuatro) resistieron una carga de caballería de 2.000 jinetes rusos.

[...]Los rusos se lanzaron contra esta delgada línea roja coronada de acero[...]

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“La delgada línea roja” Cuadro de Robert Gibb. 1881

Rusell fue testigo también de la famosa carga de la brigada ligera y describió el horror que vio.

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“El valle de la muerte” Lugar donde tuvo lugar la carga de la brigada. Aún se ven las bolas de cañón que masacraron a los ingleses.

Era la primera vez que en un periódico inglés se contaba tan claramente una derrota. Rusell además denunció las penurias de los soldados ingleses, sus enormes carencias, la ineptitud de los mandos y sobre todo la falta de cuidados a los heridos.

“Éstas son verdades difíciles, pero el pueblo inglés debe escucharlas. Debe saber que el mendigo que se tambalea bajo la lluvia en las calles de Londres lleva la vida de un príncipe, en comparación con la que llevan los soldados que luchan por su país”

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Supervivientes de la carga.

Rusell y sus crónicas fueran tachadas de mentiras por el gobierno y se oyeron voces de traidor. El estado mayor ordenó que ningún soldado hablara con él ni que se le prestara ningún tipo de ayuda. Incluso desde la Casa Real inglesa se sugirió el linchamiento de Rusell.

A pesar de todo, el gobierno no pudo resistir el escándalo y acabó cayendo. El nuevo gobierno lo primero que hizo fue una serie de reformas para evitar otra Crimea, eso sí, no se olvidó de incluir una nueva ley en la que se permitía la censura de la crónicas de guerra. Aunque también, gracias a Rusell, se creó un cuerpo de enfermeras para los soldados heridos en batalla.

Howard Rusell siguió cubriendo varios conflictos por el mundo pero destaca el de la guerra civil americana. Aunque el gobierno británico estaba de parte de los confederados, Rusell tomo partido por Lincoln. Algo que no significaba gran cosa, pues no tuvo reparos en criticar duramente algunas acciones de los unionistas como la derrota de Bull Run.

“Una retirada cobarde, un miserable pánico sin motivo…”

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En Nueva York la gente le agredía por la calle, fue acusado de espía y en Chicago fue detenido. Incluso algún general nordista le “avisó” de lo fácil que era recibir un tiro por la espalda cuando se está cerca de un campo de batalla. A Howard Rusell no le quedó más remedio que abandonar Norteamérica.

Los años finales de Rusell fueron más tranquilos. Se casó con una mujer adinerada y se dedicó a la política y a viajar hasta el fin de sus días en 1907.

Fuente y agradecimientos:  http://historiasconhistoria.es/2009/07/09/howard-rusell-y-su-delgada-linea-roja.php

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