El cadáver de Jeremy Bentham

Todos sabemos la inteligencia de muchos filósofos vivos, en incluso muertos.

Jeremy Bentham (1748-1832), fue el padre del utilitarismo, corriente filosófica donde se proclamaba que cualquier cosa que se haga es buena si las consecuencias son buenas, sin mediar en los métodos, porque el último fin humano es conseguir la felicidad. ¿Queréis conocer a Jeremy Bentham? Despúes de muerto este señor preside aún algunas juntas directivas del University College of London.

Y así es, cuando sientan a este cadáver en las reuniones, una voz dice en la sala:"Jeremy Bentham, presente pero sin derecho a voto", sólo faltaba eso, que después de muerto 177 años votase en las juntas.

Jeremy Bentham es, probablemente el único cadáver del mundo que aún preside juntas directivas, pero aunque no lo creáis tiene su explicación lógica, pero de locos! Este señor con cara de bonachón, no sólo revolucionó la filosofía, también fundó el prestigioso Colegio Universitario de Londres, al que donó todos sus bienes al morir, pero con una perpetua y morbosa condición: que su esqueleto fuera conservado de tal forma que pudiera ser expuesto en alguna vitrina, y con ello poder seguir asistiendo a todas las juntas directivas.

El 6 de junio de 1832 a este hombre se le olvidó respirar, y por ello le vino la muerte. Y sus deseos se cumplieron, se diseccionó el cadáver, se le puso todo guapo, y se le realizó sobre el cráneo una cabeza de cera. Se le sentó en una silla con su bastón entre las piernas, y fue metido dentro de una vitrina. Es lo que Jeremy Bentham definió como "auto ícono"; es decir, una representación de sí mismo para poder ser utilizada como un monumento en su propio honor.

Y ahí sigue el señor Jeremy, muy calladito sigue presidiendo las juntas de la Universidad, un muerto pero muy vivo...

En su jornadas de descanso, es decir, cuando no tiene que asistir a ninguna reunión, el cuerpo de Jeremy permanece en una vitrina a la vista y mofa de todos los alumnos. Digo mofa, porque durante años el entretenimiento de los alumnos era robar la cabeza de este gran pensador, pero siempre era devuelta a su esqueleto. Por ello, la junta directiva, sin contar ya con Jeremy Bentham en la reunión, decidió guardar la cabeza original en una caja fuerte, y sustituirla con una de pega. Que no se queje, el fin era bueno: que no se quede sin cabeza.

Fuente y agradecimientos:  http://mividayparanoias.blogspot.com/2009/03/jeremy-bentham.html