Historias de cine : La Movida

El cine está lleno de historias y no sólo por sus más de cien años de vida o por lo que nos cuentan sus películas, sino también por la multitud de anécdotas, muchas increíbles y extravagantes, que ocurren durante sus rodajes. Aquí van unas pocas historias de viejas películas y actores hoy considerados leyendas del cine.

John Huston en un rodaje.

Empezamos con la Reina de África (1951). Esta estupenda película de aventuras dirigida por John Huston y con Humprey Bogart y Katherine Hepburn como protagonistas, es una de las películas donde más se tuvo que sufrir para poder rodarla. Baste decir lo que le comentó Bogart a su esposa (Lauren Bacall):

"El Monstruo quiere que vaya a rodar en plena selva africana, con cuarenta grados a la sombra, en una aldea plagada de mosquitos y rodeada de animales salvajes. Naturalmente, he aceptado…”

Nota: “El monstruo” era John Huston. Humphrey Bogart lo llamaba así porque según las propias palabras del actor… “es la única persona que conozco capaz de beber más whisky que yo en una sola tarde…”

Y el rodaje fue según se suponía, calor, enfermedades y bichos. Aunque esto tuvo sus ventajas, ya que en una escena que Bogart aparece con la espalda cubierta de sanguijuelas, John Huston le hizo creer que entre las sanguijuelas de pega se habían colado algunas auténticas. Bogart se lo creyó y grabó la escena rápidamente en una sola toma. La cara de asco que pone es completamente auténtica.

También durante el rodaje cayeron enfermos absolutamente todos los miembros del equipo por culpa de lo insalubre del agua. Bueno, todos menos John Huston y Humphrey Bogart. La razón de esta salud de hierro estaba en que no bebían agua…¡Sólo bebían whisky!

Pero también podemos hablar de Psicosis (1960) de Alfred Hitchcock, esta película mítica donde las haya, consiguió recaudar más de 50 millones de dólares por todo el mundo a pesar de que tuvo un modesto presupuesto de 810.000 dólares y a pesar de ser censurada en numerosos países por sus atrevidas escenas para aquella época.

Alfred Hitchcock y Janet Leigh en un momento del rodaje.

Aunque lo sorprendente es que en USA, la escena que más escándalo causó fue una en la que se ve… ¡un retrete funcionando!. Al parecer nunca había aparecido tal cosa en una pantalla y a la escrupulosa sociedad de entonces le resultó algo impúdico.

La famosa escena de la ducha necesitó 70 posiciones diferentes de cámara y 7 días de rodaje para 45 segundos de metraje final.

Además los efectos especiales fueron algo arcaicos aunque efectivos. Por ejemplo, para reproducir el sonido de las puñaladas se consiguió apuñalando una sandía y la sangre que se ve marchar por el desagüe no era ni tomate ni ketchup y ni siquiera era roja… era chocolate. A Hichtcock le gustaba más la densidad tenía el chocolate que la de la sangre artificial y lo cierto que el color era lo de menos.

¿Y qué decir de los actores de entonces? Aquellos no salían de OT o cosas similares, sino que muchos de ellos salín directamente de la calle gracias a caza-talentos con muy buen ojo. Por ejemplo, John Wayne era carpintero y un día, mientras descargaba muebles de un camión, un director se fijó en su peculiar modo de caminar. Le hizo algunas pruebas y desde entonces el “caminar tumbao” de John Wayne llenó las pantallas.

Parecido le ocurrió a Errol Flynn que trabajaba como patrón de un yate donde llevaba de pesca a gente de dinero. En 1932 alguien se fijó en él.

O Lana Turner, que en 1936 estaba tomándose un refresco en una cafetería y la vio el director Billy Wilkerson.

Y ya para terminar, quiero presentarles a la primera mujer que se le aplicó el apelativo de Vampiresa. Se llamaba Theda Bara (1890-1955) y en 1918 fue así definida por un periodista tras interpretar varios papeles de mujer fatal.